¿Cuándo comienza la vida?, ¿El día que nacemos, o el día en que fuimos concebidos? Para los chinos la respuesta es justamente la segunda. Al punto que asumen, que no nacemos con el parte, sino nueve meses antes, justamente, con la concepción.
Y numerosos estudios les dan la razón. Pues varias investigaciones científicas, han demostrado que tanto el carácter, como la salud psicofísica y las distintas potencialidades que expresamos a lo largo de la vida, tienen gran parte de su origen durante esos nueve meses que pasamos en la panza de mamá.
Por tanto, mientras descansamos en esa comodísima cuna acuosa, desarrollarnos físicamente no es lo único que hacemos. También nos desarrollamos cognitiva y emocionalmente. De hecho, ya durante el segundo trimestre en el útero, comenzamos a percibir, aprender y sentir.
Por todo ello, es sumamente importante que las mamis se comuniquen con sus hijos. Y no en vano, muchas suelen hacerlo: tratando a su pequeñito como todo un individuo, al que le hablan y le llaman por su nombre.
Y el instinto materno pocas veces se equivoca. Muchos estudios lo han demostrado, mientras el bebé permanece como huésped de la mamá, no sólo se le puede hablar, logrando una comunicación con él, sino que también se le puede educar. Pero ojo, no educar como “instruir”, o trasmitir conocimientos, sino educarle para ser él mismo, para hacerle más fácil manifestar sus potencialidades a lo largo de su vida.
Por tanto, no solo nos hacemos hijos al momento que hemos sido concebidos, sino que también nos hacemos padres al momento que hemos concebido. El rol de padres comienza por tanto desde ese día (nueve y muy importantes meses antes del embarazo).
Y es mediante esa comunicación padres-bebe, que los primeros (sobre todo la madre) comienzan a conocer a su pequeño. La mama, aprende mediante la comunicación a conocer más a su bebé. Aprende a a escuchar su propio cuerpo y lo que sucede dentro de él, intuir el estado de salud de su niño y sus necesidades.
Es decir, que también mientras el niño esta en la panza, las mamis y los papis aprendemos a ser papas.