El hormigón encerado se ha ido imponiendo como el revestimiento preferido para el exterior. Pero esta realidad no ha sido siempre la misma. Aunque el hormigón forma parte de nuestra cultura desde hace muchísimos años, se han adoptado otros tipos de suelos. Son los avances que han realizado los fabricantes los que han convertido el hormigón encerado en un auténtico elemento imprescindible para los suelos. Su modernidad, estética y funcionalidad son especialmente apreciadas. Quizá merezca la pena dar un paso atrás en la historia para entender mejor esta nueva tendencia.
El hormigón siempre ha estado presente en el mundo de la construcción (y especialmente en los suelos) y se ha utilizado como material funcional durante mucho tiempo. Hoy en día existen tres estilos diferentes de hormigón para suelos, cada uno de ellos con diferentes técnicas de aplicación para satisfacer una demanda concreta.
El hormigón barnizado fue uno de los primeros en popularizarse. Se trata de un revestimiento que se aplana y luego se le da forma. El barniz cubre la superficie para crear un efecto brillante. El hormigón liso es otra opción interesante. Este hormigón tiene un acabado que puede hacerse a mano. Se recomienda para espacios pequeños que no tienen una gran área de trabajo. Esta es la única manera de conseguir una superficie brillante como la técnica del barnizado. Por último, llegamos al hormigón encerado, un tipo de suelo que analizaremos en detalle.
La característica única del hormigón encerado para exteriores es que se obtiene después de la nivelación y el secado. Está encerado con una resina específica que hace que la superficie sea impermeable y brillante. Precisamente por eso se recomienda su uso en exteriores. El clásico suelo de hormigón está reforzado con una serie de fibras y minerales que harán el trabajo estético. Tras el secado tradicional, el suelo se trata con barniz y cera para obtener este acabado natural. Observaremos un acabado fino y sutil que responde a una propuesta modernista y minimalista, tan buscada en el mercado actual. Se aplica con una espátula y, aunque parece una operación sencilla, se recomienda llamar a un especialista. Su aplicación puede ser complicada a lo largo del proceso debido a la técnica que implica.
Otra característica principal del hormigón encerado es que es muy resistente. El tráfico, la suciedad, los arañazos y los golpes no afectan al pulido final. Por eso tiene una larga vida útil. Su condición permite su uso en el exterior, en supermercados, hoteles, bares o tiendas privadas. Su resistencia hace que no requiera un gran mantenimiento, lo que reduce ciertos costes.
Por último, podemos fijarnos en su dimensión estética. Aunque pueda parecer un extra, en la arquitectura actual es una condición importante. La respuesta a ciertas necesidades determinará el uso de ciertos materiales.
El hormigón encerado parece ser la mejor opción de revestimiento. Es posible una perfecta integración con otros elementos existentes, principalmente por el número de colores disponibles. Se pueden combinar más de 15 tonos diferentes con la cera y el acabado se puede personalizar para crear una superficie única. Además, se pueden conseguir diferentes efectos en el momento de la aplicación, siempre con una calidad sutil, lujosa y jaspeada.
Para conseguir un rendimiento impecable y en línea con los avances actuales, el pulido del hormigón se realiza con productos biodegradables. Esto significa que su composición no contiene ningún material derivado del petróleo o contaminante, como es el caso de la mayoría de los otros tipos de revestimientos exteriores. Los aditivos incluidos en el material abren perspectivas medioambientales que antes no existían. Estas cualidades son cada vez más importantes para los individuos y las empresas. Ofrece todas las cualidades que lo convierten en un material para suelos de exterior especialmente popular.
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